sábado, 25 de febrero de 2012

De Cadenas y de Hombres

Robert Linhart - De Cadenas y de Hombres

Linhart, desde  sus primeras páginas, nos abre un panorama visto hasta ahora, el del trabajo, en una planta automotriz,  situada  en los suburbios de París con la intención de estudiar las clases sociales desde una investigación participante.
El trabajo tiene un punto de partida desde la experiencia del sujeto; es decir, desde el mismo relato de trabajador de la planta; donde la tarea principal no es la de describir a un  trabajador, sino ingresar y vivir el mundo de la producción desconocido por muchos militantes, ya que Linhart es un militante del 68 Francés.
Para  Linhart  el asunto fundamental es  conocer la existencia  del  trabajador  ahí  donde  trabaja,  y  por tal razón se convierte en tal;  por ello sostiene que es de es de vital importancia acercarse a su  práctica cotidiana, y  observar la presencia del capital en el trabajador.
El  autor  muestra  cómo  el  universo industrial supone varias  condiciones, es decir; se  parte desde un  lugar cerrado donde la vigilancia en la empresa es permanente, con  el fin de que el trabajo se interrumpa  en el menor  número de  ocasiones y  las piezas  que  se  elaboran  cumplan  con los requisitos estándar. De  manera que  un  minuto  conquistado por el trabador  es  una  ganancia  que  cuesta riesgos y  que  en ocasiones significa el despido; su  contrapartida es el aparato montado por el patronato, el cual busca que se produzca más y  en el menor tiempo posible, ya sea ahorrando movimientos  innecesarios, mecanizando, rotando al trabajador e incrementando las cargas de trabajo.
En resumen, el fondo de la cuestión es la lucha  de los tiempos, la empresa buscando ganar cada minuto  e inventando  y perfeccionando los movimientos,  la  maquinaria  y  los  implementos,  frente  al trabajador que trata de ganar tiempo para sí y busca  con  insistencia  espacios libres del control patronal durante su jornada diaria.
Así, en el trabajo se  aprecian los individuos, diferenciados por sus posiciones, y  la imagen que de ellos nos traza el autor.
En el texto  se observan algunos episodios claves para  comprender  el trabajo fabril, primero el duro  proceso  de  asimilación inicial a  partir  de la práctica  en  vivo  en el trabajo por parte del autor;  que  le  hace adquirir una  habilidad manual, así por otro lado, el conocer diferentes secciones  y  departamentos de la fábrica,  como la cadena que  debe funcionar interrumpidamente durante el horario  de  labores; así al padecer  en  carne propia, la repetición en  las tareas asignadas puede diferencia su  contrapartida, es decir, el trabajo no repetitivo  que exige en  cambio concentración absoluta.
Sin duda, el texto parte de una experiencia, la cual se llevó a cabo, como parte de un proyecto político, buscando  de  esta manera mostrar  las  condiciones de trabajo, pero también las posibilidades y potencialidades de la organización de  los trabajadores; así  en  el seno de la fábrica existen dos tipos de organización laboral, por una parte una financiada y  sostenida  por  la  empresa,  esto  es;  un sindicato cuya finalidad es hostigar, romper y perseguir aquéllos que pretenden reivindicar alguna demanda laboral, por otro lado, una representación de la Confederación General del Trabajo, de orientación  comunista, hostilizada por la empresa y  su  sindicato, que es minoritaria en  el seno de la fábrica.

El autor  intenta mostrar, cómo cierto tipo de decisiones de la empresa en contra de los trabajadores, en una organización sindical que  es contemplada con demasiada cautela por responsables de la CGT.
En la acción narrada, se  observa por un lado, la  necesidad de pasar a la acción por un vacío del aparato sindical de la CGT y de esta manera, por medio de paros parciales, a apegarse a ellos.
Una vez  decididos  a  organizar una serie de paros parciales, durante las horas adicionales que se les exigen,  el problema  es el de medir fuerzas. Así el  día que  se  inicia  la  protesta, se  transmite  emoción  y  angustia; se concibe la posibilidad de un fracaso, más aún cuando se narra el estado de ánimo de los participantes,  sin  embargo,  cuando  alcanzan  un triunfo se  siente la calma en la tormenta.
La empresa cederá, pero el asunto no concluye, porque  en un  segundo momento, la empresa se preocupa por localizar a los conflictivos para despedirlos y de esta manera prevenir futuros conflictos.

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