¨Ni la ola ni la tierra son las mismas ahora¨ parafraseando con nuestra idea abordada en el capítulo anterior, donde hemos encontrado una problemática en la contraparte del empleo formal; es decir, en el empleo informal.
El desempleo no es un fenómeno nuevo en el mundo. Se han hecho minuciosos estudios desde la teoría clásica económica que buscan explicar el surgimiento de “El ejército de Reserva”. Es necesario ahondar un poco en los orígenes del desempleo y las crisis, causa inmediata del incremento problemático del comercio informal. Hay varias causas que han hecho posible este fenómeno. En el mundo moderno y a lo largo de la historia una de estas causas ha sido la primordial: la aparición de máquinas con tecnología cada vez más sofisticada. Esto ha provocado la modificación del trabajo, el surgimiento de nuevas ocupaciones y nuevas formas de organización laboral. En las primeras formas en que aparece este fenómeno en la industria, Marx explica que la maquinaria cada vez simplifica más el trabajo a realizar, por lo que “lo que hace es depreciar la fuerza de trabajo del individuo”. Esta depreciación trajo consigo variadas consecuencias en la organización laboral, en la cual los salarios y la forma de vida se ha polarizado: por un lado hay una gran concentración de la riqueza, y por otro lado, el empleo se ha precarizado mucho de distintas formas. Aquí se encuentra el surgimiento del “empleo informal”; para definirlo es necesaria la conceptualización del empleo formal: “un trabajo con una remuneración justa, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, mejores perspectivas para el desarrollo personal y la integración social…”; el “empleo informal”, por lo tanto, es la contraparte del empleo formal, e incluye a los ocupados que carecen de contrato de trabajo y de seguridad social. Muchas formas de trabajo se han depreciado, por lo que dentro de la organización social han aparecido nuevos fenómenos laborales caracterizados por la precariedad, como los empleos de subcontratación, temporales, la “contabilidad creativa”. Aunado a estos nuevos fenómenos, aparece el sector informal, término que hace referencia a un grupo cada vez más diverso y creciente de trabajadores y empresas que tanto en las áreas urbanas como en las rurales operan de manera informal. Una característica común de toda economía es la coexistencia de actividades económicas que son registradas en la contabilidad nacional, con otras que no lo son; en este caso la economía informal también constituye el área de las actividades económicas que no pueden entrar dentro de la contabilidad nacional por funcionar de forma ilícita. Hacerlo de esta manera significa para las empresas ahorros en el capital y en las industrias mayor plusvalía relativa, para los trabajadores elimina trabas para acceder al campo laboral, pero de la misma manera las consecuencias negativas son directas para ellos; les permitan sobrevivir, es una actividad que “permite oportunidades para ganarse la vida”. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, garantiza por medio de las autoridades el respeto a los derechos humanos. De la misma forma sancionar las violaciones derechos humanos conforme a la ley. Para especificar más los intereses del presente proyecto de investigación, citamos el artículo 123 constitucional del apartado del trabajo y la previsión social: “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley”. Sin embargo, no es posible el control total del Estado Mexicano. La garantía no sólo al empleo formal, sino también a la vivienda digna, o a la educación pública y gratuita no existe como tal, por lo que los mexicanos buscan por sus propios medios una forma de subsistir. Ante esta incongruencia de las políticas mexicanas, el Estado no tiene más remedio que permitir ciertos sectores informales, aunque estén dentro de la ilegalidad, y así evitar tensión ya que el mismo Estado está perdiendo legitimidad. Conceptualizando algunos términos, el sector informal se puede representar como un todo complementario con la economía formal, un todo claramente heterogéneo, que en un corte simétrico ejemplifica su estructura: El sector primario agropecuario formal, el sector secundario industrial formal y el sector terciario del comercio y los servicios formal, que tienen como antítesis el sector primario agropecuario informal, el sector secundario industrial informal y el sector terciario del comercio y los servicios informales. De esta forma su estructura puede explicarse por el sector formal en el sentido que sólo el trabajo produce valor, y por lo tanto solamente el sector primario y secundario informal son trabajo, a diferencia del sector terciario. Estos sectores informales están enmarcados por la evasión de la política tributaria.
Por lo tanto; el comercio informal –en torno al cual gira nuestra investigación-, a diferencia del formal, se caracteriza por la falta de contrato, rotación constante de los trabajadores y la ya mencionada evasión de impuestos.
Algunas de estas actividades económicas informales pueden ser ilícitas, mientras que otras son legales, pero poseen un componente ilegal, principalmente la elusión de impuestos. Existe en este sector muchas combinaciones de formas laborales: los negocios familiares, microempresas que cuentan con pocos trabajadores y poseedores de varios locales, e incluso trabajadores de empresas formales que buscan vender productos de forma legal pero por la vía de los tianguis, como los vendedores de telefonía celular, congeladas, entre otros. En este marco, existen personas que venden productos legales pero informalmente: lo hacen en instalaciones desmontables miembros a un tianguis, establecidos diariamente en una calle, o con puestos ambulantes. Los beneficios para estas personas es que evitan pagar impuestos, rentas, evitan el mantenimiento de locales, etc., pero muchas veces a cambio de las inclemencias del tiempo, de no tener seguridad social, largas horas de actividades laborales intensas durante el día.
Con las mismas características mencionadas, existen también los trabajadores informales de productos ilegales. Esta categoría se desarrollo con el proteccionismo de Estado en el periodo de sustitución de importaciones, con la venta de artículos de contrabando que eran más baratos que los producidos nacionalmente. Actualmente el mercado de productos ilegales es más abierto, y las ganancias son varias: tienen los mismos beneficios de los comerciantes informales de artículos legales, y además se evitan pagar impuestos de importación en algunos casos; en otros la venta de mercancías que provienen de la delincuencia, principalmente de los robos; y en otros más la venta de artículos piratas como música, películas, ropa, accesorios, etc. Es común ver en los tianguis puestos de discos y películas piratas, de ropa usada americana, de celulares “usados” que provienen de asaltos en su mayoría, artículos de contrabando como los chinos, entre muchos otros.
Dentro de las características de los locales del comercio informal en general se encuentran puestos permanentes que operan de forma ilegal, de locales armables permanentes, en tianguis, ambulantaje, y la venta de productos en transporte público como el camión y el metro.
El comercio informal –en oposición de los sectores agrarios e industriales informales- cuenta en su mayoría con facilidad de instalación. La creación de empresas productivas tiene como primera desventaja la dificultad de capital para conseguir los medios de producción, y aún cuando se tienen la competencia con las enormes empresas son una constante dificultad. Por otro lado, el comercio informal da flexibilidad, no necesita mucho capital para comenzar, no necesita medios de producción muy costosos, y aunque las condiciones son muy bajas, en muchos casos las ganancias obtenidas permiten vivir bien. Se presenta como una forma práctica y accesible para la gran cantidad de desempleados que existen en el país a causa de la crisis que en nuestro capítulo uno hacíamos mención.
Es difícil ubicar el momento de la aparición del comercio informal. El comercio se practica en el mundo desde las primeras formas de civilización. La ruptura entre el comercio formal y el informal es nueva, según el INEGI la aparición del sector informal es en los años 50’s y tiene que ver con los requisitos de legalidad que los diferentes gobiernos han impuesto a su ciudadanía. En el México actual, que es en el que se basa nuestra investigación, las formas de comercio informal son variadas. El ambulantaje, la venta de artículos en camiones, los puestos temporales que se encuentran en las calles, y los tianguis. Cada una de estas tiene sus respectivos problemas de acuerdo a su contexto.
Los tianguis se encuentran en México desde épocas pre-coloniales, siendo el más característico el tianguis de Tlatelolco; las características que tenía éste fueron elogiadas a la llegada de los españoles y redactadas por cortes en sus manuscritos; se caracterizaban por su limpieza, la gran cantidad de productos, y por estar divididos conforme los productos que se encontraban además de contar con una vasta extensión. Por lo tanto, los tianguis no son nuevos en México, era ya una forma de comercio normal que sufrió varias metamorfosis a la par de la historia de México, y que actualmente se le caracteriza como economía informal por las puntualizaciones ya señaladas y que se desarrollarán a lo largo de la investigación.
Históricamente, varias crisis han sacudido a México en las últimas décadas, principalmente la crisis del 1974, 1982 y 1994, las cuales han sido descritas con más detalle en el marco histórico, han dejado una cantidad considerable de desempleados, que junto con la explosión demográfica de la Ciudad de México son causa inmediata del aumento en el número de tianguis. La pluralidad de las condiciones de trabajo hace problemático el estudio de la economía informal, ya que no se cuentan con estadísticos exactos para tales mediciones.
No existen patrones ni tendencias que permitan ver el movimiento de estos sectores, sin embargo a lo largo de la zona metropolitana el abaratamiento de la mano de obra nos supone una precarización del trabajo, tanto en los ingresos, las horas que se laboran, la seguridad social; laborar en el comercio informal no garantiza un contrato ni condiciones de trabajo mínimas o básicas más que los servicios que ofrece el Estado a nivel nacional a toda la población. La racionalización económica de este sector, “consiste en garantizar la subsistencia del grupo familiar, que difiere de la vigente en el sector formal cuya motivación esencial es la acumulación”. “Cuando se habla de economía informal se piensa inmediatamente en un problema” dice Vargas Llosa. La economía informal, y por lo tanto, el comercio informal, son una salida para miles de trabajadores desocupados, ofrecen una oportunidad laboral ante la necesidad. Sin embargo, el problema comienza en la precariedad; ese es el objetivo, encontramos pues esto como una problemática actual en México.