El nacimiento del Tsunami es complejo, no viene desde la superficie donde se origina sino es desde adentro, es decir; son provocados por terremotos submarinos que afectan esencialmente las zonas de gran actividad tectónica. La onda del tsunami, nace del choque sísmico de la masa oceánica que va de arriba hacia abajo, tiene un espesor de varios cientos de metros y gana energía cada vez que impacta el fondo submarino.
Al igual que el tsunami el comercio informal tiene su origen adentro y no en la superficie, ya que son las relaciones sociales del capital las cuales al expandirse de manera globalizada han producido en número y masa mayores adeptos al comercio informal como un modo de subsistir ante la crisis.
Por lo tanto; en esta investigación es necesario hacer una contextualización histórica del fenómeno del trabajo informal expresado en el tianguis, donde particularmente en el caso de México es muy peculiar ya que sus raíces se encuentran en la antigua Tenochtitlán, esta está representada con Tlatelolco, lugar donde precisamente florece las raíces del propio tianguis. El Mercado de Tlatelolco donde destacaba por poseer una enorme organización de productos que eran comercializados por los habitantes; los productos eran variados: animales, pieles, cerámica, comida, armas Etc. Se encontraba al suroeste del Templo Mayor y operaba al aire libre donde se reunían tanto los vendedores como los compradores y además como centro principal de socialización del pueblo con sus costumbres tradicionales características de esos tiempos.
La organización del comercio en el México prehispánico no sólo se limitaba a este centro, que fue el más grande en su época y que Cortés detalla en su correspondencia, sino que se localizaban otros varios como el Atzcualco, el Teopan, el Cuepopan y el Moyotla, en diversos puntos de Mesoamérica. Estos lugares son una síntesis de la cultura, la historia y las relaciones comerciales que mantienen las regiones desde la época prehispánica hasta hoy[1]. Con la conquista se siguieron manteniendo estos espacios, e incluso se les incluyeron productos del “nuevo mundo”.
El método de comercialización de los productos de la época era el trueque directo (Intercambio de un producto por otro, del mismo valor o de mayor dependiendo que se quería o necesitara) hablamos de una economía rudimentaria basada en los intercambios.
Este gran Mercado contaba con una vasta extensión y con toda una organización al interior de este, contando con líderes que se encargaban de mantener el orden de los puestos y acomodarlos conforme a sus mercancías.
El fenómeno es recurrente, por lo que se han llevado a cabo acciones para hacer eficaz la política tributaria, creando mercados fijos en donde ciertos vendedores llevan sus mercancías, y así poder cobrar impuestos; sin embargo, una parte de los puestos deciden abrir otro más para ampliar el negocio tanto en el mercado como en el tianguis, y seguir evitando impuestos. La periodicidad ayudó a la permanencia de los tianguis. Estas fueron las primeras separaciones entre ambos.
La inestabilidad del país, las revoluciones y las intervenciones extranjeras que fueron frecuentes permitió sólo un aumento controlado tanto de mercados como de tianguis. Los años prósperos del milagro mexicano no tuvieron necesidad de la formación de una economía informal en todos los sentidos, y si bien, creció el número de mercados populares formales, los tianguis aún no presentaban un fenómeno tan ampliado.
Según el INEGI[2] la aparición del “sector informal” tiene su origen en los años 50’s, en el periodo del presidente Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz; el inicio de este tipo de economía no tuvo impacto y su desarrollo fue gradual. El informe del INEGI nos señala tres etapas en que guiaremos este marco histórico.
[1] ATTOLINI, Amalia, “Caminos y mercados de México”, INAH-UNAM, México, D.F., Disponible la nota en línea: (http://www.inah.gob.mx/index.php/boletines/247-historia/4508-mercados-sintesis-de-cultura )
[2] Instituto Nacional de Estadística y Geografía, “La ocupación en el sector no estructurado en México1995-2003”, INEGI, MÉXICO, 2004, Pág. 5. Disponible en línea – (http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/encuestas/hogares/ene/ocupacion/noestructurado/noestructurado95_03.pdf )
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